La Asociación Sine Dolore surge como una iniciativa social de un colectivo menospreciado por la sociedad y las instituciones: los pacientes afectos de dolor crónico. Un grupo de pacientes y el Dr. Jordi Moya tienen, en Menorca, esta feliz idea que, posteriormente, se ha ido extendiendo por toda España.
Debido a la terminología médica, los pacientes con dolor crónico se agrupan en diferentes patologías etiológicas o gnosológicas, con poco o nada en común, excepto el sufrimiento y los profesionales que lo combaten: los especialistas en el tratamiento del dolor. Estos dos hechos han contribuido a que se constituya la Asociación dando entrada, no sólo a pacientes y familiares, sino también a médicos y otros profesionales sensibilizados con el problema.
Como es sabido, el dolor es una patología con entidad propia reconocida por la OMS que supone un coste entre el 2,2 y el 2.8 del PIB de los países industrializados; la idoneidad del tratamiento es un derecho inalienable de todos los pacientes, y el llevarlo a término una obligación de los profesionales de la salud. Creemos que esto explica suficientemente la razón, por la que los médicos deben estar implicados en el desarrollo de ésta y otras iniciativas, que reconozcan el dolor como problema.
Sine Dolore se centra exclusivamente en la lucha contra el dolor complementando, en lo posible, otras iniciativas que ya existían: Sociedades Científicas, Asociaciones de Pacientes, Fundaciones e Institutos que estudian y combaten el mismo problema.
Una Asociación de estas características no es una Sociedad Científica ni pretende serlo, por supuesto, pero sus asociados necesitan una vía de acceso a los avances científicos, y lo que es más importante, la posibilidad de exponer directamente a la Ciencia y a las Instituciones cuáles son sus necesidades y dudas.
Los pacientes son un eje fundamental en torno al cual deben girar la investigación y el desarrollo de los futuros tratamientos, así como el resto de los factores que les afectan (derecho a la información, etc.). En este sentido existen dentro de nuestro ámbito ejemplos concretos y sólidos que apoyan líneas de actuación muy similares: Cáncer, Diabetes, Parkinson, Alzheimer, Esclerosis, etc.), pudiéndose considerar todas ellas como un ejemplo de convivencia entre diferentes colectivos con un fin común: mejorar el tratamiento de una dolencia/ patología, encaminado a conseguir una mayor calidad de vida.